Cómo conocer tu tipo y textura de cabello: la guía definitiva

Cómo conocer tu tipo y textura de cabello: la guía definitiva

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Comprender tu tipo y textura de cabello es uno de los pasos más importantes para crear una rutina de cuidado capilar eficaz y personalizada. Estos dos factores influyen en todo, desde la selección de productos hasta la frecuencia con la que debes lavar o peinar tu cabello. Ya sea que tengas problemas de frizz, sequedad o falta de volumen, conocer la estructura de tu cabello te ayuda a abordar la raíz del problema en lugar de solo los síntomas.

¿Cuál es la diferencia entre el tipo y la textura del cabello?

El tipo de cabello se refiere al patrón natural de rizo del cabello, que va desde liso hasta rizado. Este patrón viene determinado por la forma de los folículos pilosos y se clasifica comúnmente según el sistema de clasificación de tipos de cabello de Andre Walker.

La textura del cabello, por otro lado, describe el grosor o el diámetro de cada hebra individual. Mientras que el tipo de cabello influye en cómo cae, la textura afecta a su peso, volumen y cómo reacciona a determinados productos.

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Comprender las diferentes texturas del cabello

La textura del cabello desempeña un papel fundamental en el comportamiento y la respuesta del cabello al cuidado. Aunque a menudo se confunde con el tipo de cabello, la textura se refiere específicamente al grosor de cada hebra individual y se clasifica normalmente en fina, media o gruesa. Reconocer la textura de tu cabello te ayuda a adaptar tu rutina con mayor precisión, especialmente a la hora de elegir entre productos ligeros o más ricos.

El cabello fino está formado por hebras de diámetro muy pequeño que pueden parecer sedosas, pero son más propensas a la grasa y a la falta de volumen. Tiende a ser delicado y puede apelmazarse fácilmente con productos pesados o un exceso de acondicionador. Los champús voluminizadores, los champús secos y las espumas ligeras para peinar son especialmente beneficiosos para añadir cuerpo sin apelmazar.

El cabello medio tiene un diámetro de hebra que se encuentra entre el fino y el grueso. Por lo general, mantiene bien los peinados y ofrece un equilibrio entre fuerza y flexibilidad. La mayoría de los productos para el cabello están formulados pensando en la textura media, por lo que este grupo tiene la gama más amplia de opciones de cuidado.

El cabello grueso se caracteriza por hebras gruesas que pueden resultar más ásperas al tacto y son más resistentes. A menudo requiere más hidratación para mantenerse suave y manejable.

Los acondicionadores ricos, los tratamientos a base de aceite y los productos de protección contra el calor son importantes para mantener las hebras gruesas nutridas y protegidas.

Dado que la textura puede variar en toda la cabeza, muchas personas descubren que tienen una mezcla, como hebras más finas en la coronilla y hebras más gruesas en la nuca. Esta variación requiere un cuidado específico en las diferentes secciones del cabello, en lugar de una rutina única para todo.

¿Cómo describirías tu tipo de cabello natural?
Liso y brillante
Ondulado con algo de rizo
Rizos sueltos o espirales
Rizos muy marcados o tirabuzones
Una mezcla de diferentes tipos en toda la cabeza

Resumen de los 4 tipos de cabello y los 12 subtipos

El sistema de Andre Walker clasifica el cabello en cuatro tipos principales, cada uno con tres subtipos que reflejan las variaciones en el patrón de rizo, la textura y el volumen. Este marco ampliamente utilizado te ayuda a comprender mejor la estructura natural de tu cabello, desde el liso hasta el rizado. Conocer tu tipo te puede orientar a la hora de elegir productos y técnicas de peinado.

Tipo 1 (liso)

El cabello de tipo 1 es naturalmente liso y no forma rizos ni ondas. Es liso desde la raíz hasta las puntas y refleja bien la luz, por lo que suele tener un aspecto brillante. Aunque puede parecer sedoso, también puede ser propenso a la acumulación de grasa o a la falta de volumen. Cada subtipo varía en textura y grosor, lo que influye en el comportamiento del cabello y en el tipo de cuidado que mejor le va.

1A: Muy fino y liso, sin ondas ni rizos naturales. Este tipo de cabello tiende a quedar pegado al cuero cabelludo y puede parecer fino o lacio. Suele ser propenso a la acumulación de grasa debido a la trayectoria recta del tallo capilar, que permite que el sebo se desplace fácilmente. Los champús ligeros y voluminizadores y los champús secos pueden ayudar a dar cuerpo sin apelmazar el cabello.

1B: Liso, pero con algo de cuerpo natural. Este subtipo tiene un poco más de textura que el 1A y puede mantener el volumen ligeramente mejor, aunque sigue careciendo de ondas o rizos definidos. Puede ser propenso al encrespamiento en condiciones de humedad y se beneficia de sueros suavizantes ligeros y acondicionadores hidratantes para controlar los cabellos rebeldes sin reducir el volumen.

1C: Liso con un tacto áspero y más volumen. Este tipo de cabello parece más abundante y puede tener una ligera ondulación o un rizo muy sutil. Es más resistente al peinado y puede ser propenso al encrespamiento, especialmente en climas húmedos. Los tratamientos nutritivos y los productos antiencrespamiento ayudan a mantener la suavidad y a preservar el grosor natural del cabello.

Tipo 2 (ondulado)

El cabello tipo 2 presenta un patrón ondulado natural, que va desde ondas suaves en forma de S hasta estructuras más definidas con tendencia al encrespamiento. Se encuentra entre el cabello liso y el rizado, por lo que requiere un cuidado equilibrado que aporte hidratación y realce la definición de las ondas sin apelmazar el cabello. El cabello ondulado suele tener una superficie más lisa que el rizado, pero puede tener problemas de volumen y encrespamiento, especialmente en condiciones de humedad.

2A: Ondas suaves y alargadas en forma de S con una textura fina y lisa. El cabello queda plano sobre el cuero cabellero y a menudo carece de volumen en las raíces. Rara vez se encrespa, pero los productos pesados pueden apelmazarlo fácilmente. Las opciones ligeras, como las espumas o los sprays con sal marina, funcionan bien para dar volumen y fijación sin alterar el patrón ondulado.

2B: Ondas en S más definidas, con densidad media y algo de encrespamiento. Este subtipo tiene una forma más clara y responde bien a los productos de peinado ligeros que realzan la estructura y controlan el encrespamiento. Las fórmulas hidratantes sin siliconas ni aceites pesados son ideales para mantener un aspecto natural.

2C: Ondas gruesas y pronunciadas, con espirales ocasionales y encrespamiento notable. Este subtipo tiende a tener más volumen y una textura más gruesa, por lo que requiere hidratación y definición. Los acondicionadores sin aclarado, las cremas y los geles son útiles para realzar la forma de las ondas, manteniendo la elasticidad y controlando el encrespamiento.

Tipo 3 (rizado)

El cabello de tipo 3 es naturalmente rizado y forma ondas o espirales claras en forma de S. Este tipo de cabello tiende a ser más seco que el cabello liso, ya que los rizos dificultan que los aceites naturales del cuero cabelludo lleguen al tallo capilar. Los rizos varían en cuanto a su intensidad y diámetro, y a menudo requieren productos hidratantes para mantener la definición y minimizar el encrespamiento.

3A: Rizos grandes y sueltos con una textura suave. Estos rizos suelen tener un brillo natural y pueden ser propensos al encrespamiento en condiciones de humedad. Las personas con cabello 3A suelen encontrar que sus rizos quedan bien definidos cuando se secan al aire y se benefician de geles que realzan los rizos y productos ligeros sin aclarado para mantener el volumen y evitar que se aplasten.

3B: Rizos elásticos con más volumen. Este subtipo se caracteriza por rizos más apretados que los del tipo 3A y que a menudo varían en diámetro. El cabello 3B puede tener una mezcla de texturas en toda la cabeza, lo que requiere una hidratación adicional y un control del encrespamiento. Las cremas de peinado y los productos definidores pueden ayudar a mantener la forma y la estructura de los rizos.

3C: Rizos apretados en forma de tirabuzón con una textura gruesa. Estos rizos son muy densos, lo que crea mucho volumen, pero también son más propensos a la sequedad y al encogimiento. Los acondicionadores profundos, los hidratantes a base de aceite y las técnicas de peinado protectoras son especialmente útiles para este tipo de cabello, ya que ayudan a mantener la elasticidad y reducir la rotura.

Tipo 4 (rizado/encrespado)

El cabello de tipo 4 se caracteriza por rizos muy apretados y compactos, que van desde espirales claramente definidos hasta patrones casi invisibles. Este tipo de cabello suele tener una textura gruesa y es muy propenso a la sequedad, ya que los aceites naturales del cuero cabelludo tienen dificultades para llegar al tallo capilar. El encogimiento es habitual y el cabello puede contraerse significativamente al secarse. Para mantener la elasticidad, la hidratación y la estructura, este tipo de cabello requiere una rutina de cuidado específica con productos hidratantes y técnicas de peinado protectoras.

4A: Rizos suaves y elásticos con un patrón en forma de S bien definido. El cabello suele tener una textura fina a media y un brillo natural, aunque este puede desaparecer con la sequedad. Este subtipo tiende a encogerse moderadamente cuando se seca al aire y se beneficia de productos cremosos sin aclarado, aceites ligeros y cremas de peinado hidratantes que aportan elasticidad y forma sin apelmazar el cabello.

4B: Rizos más apretados con una estructura en forma de Z y una definición menos visible. El cabello suele ser más áspero y tiene una superficie más seca. En lugar de formar espirales suaves, estos rizos se doblan en ángulos pronunciados, lo que hace que el cabello sea más susceptible a encogerse y romperse. Una rutina basada en el método LOC o LCO, junto con hidratantes a base de aceite y peinados protectores, ayuda a mantener la salud y la estructura del cabello.

4C: Rizos extremadamente apretados y densos con una definición mínima. Este subtipo suele tener una textura áspera y es el más frágil de todos los tipos de cabello, lo que significa que se seca y se rompe con facilidad. El cabello 4C puede encogerse hasta un 75 % de su longitud real y necesita un cuidado hidratante intenso. Los tratamientos de acondicionamiento profundo frecuentes, el uso generoso de acondicionadores sin aclarado y los peinados protectores, como las trenzas y los twists, son especialmente eficaces para preservar la fuerza, la hidratación y la flexibilidad.

Cómo determinar tu tipo y textura de cabello en casa

Para evaluar con precisión tu tipo y textura de cabello, comienza lavándolo con un champú suave sin sulfatos.

Déjalo secar al aire sin utilizar herramientas térmicas ni productos de peinado. Esto revelará el patrón de rizo natural de tu cabello y te ayudará a distinguir sus características únicas.

Para determinar la textura, toma un mechón seco y enróllalo entre los dedos. Si es difícil de sentir, el mechón es fino. Si se nota fuerte o grueso, es probable que sea grueso.

Para comprobar la porosidad, coloca un mechón limpio en un vaso con agua. El cabello con alta porosidad se hunde rápidamente, mientras que el cabello con baja porosidad flota más tiempo debido a su resistencia a absorber la humedad.

Comprueba la densidad recogiendo tu cabello en una coleta. Una circunferencia más fina indica una densidad baja, mientras que una coleta más llena sugiere una densidad alta.

Por último, evalúa la elasticidad estirando un mechón húmedo. El cabello sano se estirará y volverá a su estado original. Si se rompe con facilidad, carece de elasticidad.

Ejemplos de rutinas en la vida real

Conocer tu tipo y textura de cabello te permite elegir productos y rutinas de cuidado más eficaces. Por ejemplo:

Una persona con cabello fino y liso (1A) puede beneficiarse de champús voluminizadores y acondicionadores ligeros para añadir volumen sin causar acumulación o pesadez.

Las personas con cabello grueso y rizado (3C) suelen necesitar productos más ricos, como cremas densas, acondicionadores sin aclarado y tratamientos de acondicionamiento profundo regulares para mantener la hidratación, reducir el encrespamiento y definir la forma de los rizos.

Las personas con cabello rizado (4B o 4C) suelen beneficiarse del método LOC o LCO (líquido, aceite, crema) y de los peinados protectores, que ayudan a retener la humedad y reducir la rotura.

Variabilidad y evolución del cabello

El cabello puede cambiar con el tiempo debido a la edad, los cambios hormonales, la medicación y los factores ambientales. No es raro notar que aparecen más ondas o rizos con la edad, o que el cabello se vuelve más fino o más grueso con el tiempo. También es posible que tengas varios tipos o texturas en diferentes partes de la cabeza, especialmente si has tratado químicamente o peinado con calor algunas partes de tu cabello.

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Crear una rutina que se adapte a las necesidades específicas de tu cabello

Una vez que hayas identificado tu tipo de cabello, textura, porosidad y densidad, podrás adaptar el cuidado de tu cabello de forma más eficaz.

Baja porosidad

El cabello con baja porosidad tiende a resistir la absorción de humedad. El uso de calor al aplicar productos hidratantes puede ayudar a que la humedad penetre más profundamente. Evita las fórmulas pesadas que tienden a quedarse en la superficie en lugar de ser absorbidas.

Alta porosidad

El cabello con alta porosidad absorbe la humedad fácilmente, pero la pierde con la misma rapidez. Un buen enfoque es aplicar los productos en capas: comienza con fórmulas hidratantes y luego sella la humedad con un aceite.

Adapta los productos a la textura de tu cabello

El cabello fino necesita productos ligeros que no lo apelmacen, ayudando a mantener el volumen y la forma. Por el contrario, el cabello grueso se beneficia de cremas y aceites ricos que aportan hidratación, suavizan las fibras y facilitan el peinado y el cuidado diario.

Consejos generales para el cuidado

Independientemente del tipo de cabello, incluye un tratamiento de acondicionamiento profundo una o dos veces por semana, elimina los residuos de productos una vez al mes y protege tu cabello por la noche con seda o satén para preservar la hidratación y reducir la fricción.

Comprender tu tipo y textura de cabello

Conocer el tipo y la textura de tu cabello te facilita la elección de los productos y rutinas adecuados. Elimina los ensayos y errores innecesarios y te ayuda a desarrollar una rutina de cuidado que se adapte a tus necesidades específicas. Tanto si tu cabello es liso como rizado, el enfoque adecuado comienza con esta información.

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